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Congo no puede detener a las mafias del oro

Tristan McConnell, Goma (República Democrática del Congo) | GlobalPost
El comercio de oro en Congo mueve más de 110 millones de euros cada año. Sin embargo, el 80 por ciento se produce de manera ilegal, a través de las vecinas Kenia y Tanzania. La policía congoleña lucha contra un muro, si algo les sobra a los contrabandistas son recursos.

Hace más o menos un mes se produjo una persecución policial por las calles polvorientas de Goma, la capital de provincias situada justo en la frontera oriental de la República Democrática del Congo.

Dentro del coche que huía había cuatro hombres: un estadounidense, un francés y dos nigerianos. Circulaban a toda velocidad por las calles llenas de agujeros de la ciudad, perseguidos por las fuerzas de seguridad, en dirección al aeropuerto de Goma, donde les esperaba un avión jet privado de lujo de dos motores.

Consiguieron llegar hasta el avión, pero fueron detenidos justo antes de despegar.

Con una pista de aterrizaje salpicada de baches de lava endurecida y aviones desvencijados, los controladores aéreos del aeropuerto de Goma están más habituados a trabajar con anticuados aviones de hélices rusos y pilotos de la vieja escuela soviética que a jets privados de negocios, registrados en Dallas (EEUU) y con origen en Nigeria.

En la bodega del jet interceptado, viajaba un cargamento de más de 400 kilogramos de oro, según ha dicho el gobernador provincial, Julien Pakulu. Al precio actual, el cargamento valdría más de 14 millones de euros. Sin embargo, algunas fuentes en Goma aseguran que habría sido comprado por el ventajoso precio de 5 millones de euros en metálico, cobrados por soldados leales a un conocido señor de la guerra congoleño convertido en general del Ejército, Bosco Ntaganda.

Grupos de derechos humanos y organizaciones de ayuda humanitaria han denunciado de manera reiterada que Ntaganda es uno de los militares que se están enriqueciendo con el comercio de minerales en zonas de conflicto en África. Un comercio que sirve para alimentar los combates y las violaciones que forman parte del día a día en el este del Congo.

El asunto del jet es un tema turbio. Poco después de la detención de sus cuatro pasajeros el 3 de febrero, el gobernador Pakulu afirmaba: “Las pesquisas iniciales han revelado que estas personas llegaron a Goma con una gran cantidad de dinero, millones de euros, para realizar una transacción de oro”.

Un informe de la ONU del año pasado, indica que el comercio de oro en el Congo alcanza unos 115 millones de euros al año, y que el 80 por ciento se realiza sacando el mineral de manera ilegal del país, a menudo a través de Kenia y Tanzania.

En septiembre el presidente Joseph Kabila decretó una moratoria en la extracción y venta de minerales en el este del país con el objetivo de acabar con los grupos mafiosos que controlan el comercio a punta de pistola.

Los hombres detenidos hace un mes permanecen en “arresto hotelero” en Goma, y si son hallados culpables, podrían acabar en una de las peores cárceles de África según la ONU, con condiciones calificadas de “inhumanas” por uno de sus altos funcionarios. Vestidos con monos de color naranja, los reclusos rebosan el patio al aire libre de un edificio de la era colonial, rodeado de altos muros blancos terminados en alambre de espino.

El avión, con matrícula de Texas es propiedad de la empresa Southlake Aviation, en Dallas, y fue alquilado por CAMAC International, una empresa de petróleo y gas con ingresos de unos 1.400 millones de euros anuales y sede en la ciudad de Houston, según informó la prensa local.

El presidente de CAMAC es el magnate del petróleo de origen nigeriano Kase Lawal, que fue nombrado en septiembre de 2010 miembro del Comité Asesor para Política Comercial del presidente de EEUU, Barack Obama.

En el avión interceptado en Goma viajaban Mukaila "Mickey" Lawal, medio hermano del magnate y jefe de las operaciones de CAMAC en Nigeria; Edward Carlos St. Mary, un comerciante de diamantes estadounidense con historial delictivo; un hombre francés, otro nigeriano y una tripulación de cuatro estadounidenses.

St. Mary, jugador de fútbol americano en su juventud y cadete de la academia militar de West Point, tiene según la prensa local historial delictivo por asalto y posesión ilegal de armas. También se dice que ha sido acusado de timar a inversores, y que los jueces le han ordenado pagar indemnizaciones por más de 1,4 millones de euros.

Los cuatro detenidos son sospechosos de haberle comprado el oro a Ntaganda, antiguo jefe de un grupo rebelde tutsi, que ahora es un alto cargo del Ejército del Congo. Sobre él pesa una orden de detención de la Corte Penal Internacional, que le acusa de crímenes de guerra, incluido el reclutamiento de niños soldado.

Según el abogado contratado en Nairobi por St. Mary, realmente fueron los hombres que viajaban en el avión quienes fueron engañados con un elaborado plan. En una carta enviada a GlobalPost, Punit Vadgama, de Shapley Barrett & Co, expone una serie de enrevesados hechos y apela a Kabila para que ponga en libertad a su cliente.

Por su parte, en una entrevista concedida a una agencia de noticias, Ntaganda ha negado cualquier implicación en el asunto, excepto en el proceso que llevó a reventar el trato y detener a los contrabandistas. “Mis hombres colaboraron con los servicios de seguridad para detenerles”, asegura. “Yo soy un soldado, no soy un hombre de negocios. Y, además, las actividades mineras están prohibidas en esta zona”.

Un informe de la ONU publicado en noviembre asegura que ex combatientes rebeldes de Ntaganda controlan gran parte del lucrativo negocio de extracción de estaño, coltan y oro en las provincias de Kivu del Norte y del Sur, en el este del Congo.

En un gesto que reconoce el papel que desempeña Kenia en la ruta del comercio ilegal de oro del Congo, los presidentes de ambos países, Kabila y Mwai Kibaki, anunciaron hace dos semanas una operación conjunta para terminar con las mafias de los minerales.

El anuncio se produjo días después de que un inspector fiscal de Kenia que investigaba la captura de 2,5 toneladas de oro supuestamente introducidas de forma ilegal desde el Congo, apareciese muerto de un tiro en el exterior de su casa en Nairobi.

Ya sabes,si quieres un porte barato en avioneta,te paso presupuesto.De todas formas me sigues teniendo inpresionado en la forma que esplicas las cosas.No te interesaria un puesto de reportero en el intermedio.
¡no,estaras copiando cronicas¡.Jeje,que mal pensado soy.